En todos los vehículos de transporte por carretera y ferrocarril, la circulación saludable del aire y el confort climático para el bienestar de los ocupantes desempeñan un papel esencial.
Por ello, los autobuses y trenes están equipados con sistemas especiales de refrigeración. Con un sistema de tuberías perfectamente pensado y encajado, se suministra aire fresco bien templado al interior y se elimina el aire viciado.
Su aire acondicionado tiene, entre otras cosas, un condensador, un evaporador, un compresor, un ventilador [intercambiador de calor] y un sistema de tuberías anidado.
Para mantener la estabilidad continua de los sistemas ramificados, es indispensable disponer de instrumentos de medición fiables y precisos.
También para el transporte de alimentos en camiones, remolques o contenedores se necesitan sistemas de refrigeración que mantengan la cadena de frío durante todo el transporte hasta la llegada al establo del destinatario.
Los contenedores refrigerados para el comercio mundial y el almacenamiento de productos alimentarios y no alimentarios, como medicamentos o flores, son indispensables.
La refrigeración de los contenedores y camiones se consigue mediante una unidad de refrigeración en la bodega de carga. Para que éstos puedan mantener una temperatura constante, su circuito de refrigeración se supervisa constantemente. Los manómetros y termómetros transmiten los valores medidos al sistema de control, para que éste pueda compensar las condiciones modificadas.